Ya pasó.
Superé la tardecita. Esa hora del domingo en que los suicidas (a veces) dejan de dudar.
Leí algunas cosas, pero no llegué con todo (los apuntes están apilados y siento que me "apuntan" como si fueran un 38).
Esa es mi persecución, más que la decadencia de los días.
Las fechas que se acercan y todo lo que todavía me falta leer.
No voy a dar nombres, pero con algunos textos si encuentro al autor, le disparo con el 38.
Como caminar por la Feria del Libro y darte cuenta de todo lo que no leíste. Y estás seguro de que nunca vas a llegar a leer.
Una amiga está trabajando allí en un stand, dice que la gente pregunta estupideces o tiene mala onda. Debe ser porque todos tomaron conciencia de que "El espacio del lector" es nada más que el lema de la feria y no el cerebro, el lugar que nos permite acumular lecturas.
Y gracias a algunos libros seguir viviendo, aunque tengamos el 38 cargado en la mesa de luz.
2 comentarios:
vendedores siempre ven a los clientes como estúpidos.
te digo porque también lo fui (las dos cosas).
La feria puede ser vista de varias maneras:
una megalibrería,
un espacio de disputa entre Ñ y adn,
mesas redondas,
lecturas,
música y danza,
programas de radio en vivo
etcéteras,
pero, muchas veces, en esa vuelta al mundo por 3000 stands, hacés un hallazgo.
Publicar un comentario