domingo, 11 de mayo de 2008

Tarde de domingo

Ya pasó.

Superé la tardecita. Esa hora del domingo en que los suicidas (a veces) dejan de dudar.

Leí algunas cosas, pero no llegué con todo (los apuntes están apilados y siento que me "apuntan" como si fueran un 38).

Esa es mi persecución, más que la decadencia de los días.

Las fechas que se acercan y todo lo que todavía me falta leer.

No voy a dar nombres, pero con algunos textos si encuentro al autor, le disparo con el 38.


Como caminar por la Feria del Libro y darte cuenta de todo lo que no leíste. Y estás seguro de que nunca vas a llegar a leer.

Una amiga está trabajando allí en un stand, dice que la gente pregunta estupideces o tiene mala onda. Debe ser porque todos tomaron conciencia de que "El espacio del lector" es nada más que el lema de la feria y no el cerebro, el lugar que nos permite acumular lecturas.


Y gracias a algunos libros seguir viviendo, aunque tengamos el 38 cargado en la mesa de luz.

2 comentarios:

yo dijo...

vendedores siempre ven a los clientes como estúpidos.
te digo porque también lo fui (las dos cosas).

Luz Metropolitana dijo...

La feria puede ser vista de varias maneras:
una megalibrería,
un espacio de disputa entre Ñ y adn,
mesas redondas,
lecturas,
música y danza,
programas de radio en vivo
etcéteras,
pero, muchas veces, en esa vuelta al mundo por 3000 stands, hacés un hallazgo.