Son las 8 de la mañana y tomo el subte para ir a la facultad. Todos a mi alrededor son murciélagos con una pequeña diferencia: no están colgados cabeza abajo sino cabeza arriba.
El tumulto y la vorágine de llegar tarde nos unifica. También esa sombra de no ser nadie, apenas una enorme bolsa latente que ruge, transpira y vomita un rato después en un lugar de esta ciudad.
Yo, por ejemplo, en un aula donde somos 40 y, cómodos, entran unos 25. Las paredes gritan su ideología. Es así, esto es la UBA: un espacio para estudiar afuera de la burbuja y eso tiene sus ventajas y sus miserias. No solamente estudiamos una carrera universitaria, nos formamos en la adversidad. El que sale de la UBA tiene un diploma y también el estigma de la resistencia, la fuerza para llegar hasta el final por un sinuoso camino.
El CBC es el colador más famoso. Y adentro estamos nosotros, los alumnos: algunos somos fideos y otros, agua.
Con vuelo rasante salgo por el pasillo y subo a la ciudad. Allí me espera Buenos Aires, la París sudaca. En este momento ya superó el humo del campo. lo que todavía no puede superar es el campo del humo. Ese es el que todavía la acecha.
De todos modos, hay más luz y eso me hace sonreír. Empieza mi día por donde, dicen, que comienzan y terminan todas las vidas. Un túnel oscuro y al final una lucecita.
Ya nos veremos pronto.
2 comentarios:
Me encantó el escrito de la UBA, mientras lo leía me sentía muy identificada ¿Será porque fui alumna de la UBA y lo sigo siendo?
Sos un encanto. Sos ejemplo. Lo mínimo que podes hacer vos es tener un blog ¿Para cuándo un libro?
Espero leer mucho más de vos, Luz Metropolitana...somos todos...en algún punto, somos hijos de esta Paris sudaca (como vos decis). Te quiero.
La UBA nos convoca, nos une y, a veces, nos separa.
Alguien me dijo que "Pasta al dente" parece una recomendación de odontólogo.
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